Veamos.
1. El tal Jaime del Burgo dice que Felipe VI trabaja para Pedro Sánchez. Esto es, está a la derecha de VOX.
2. Publicar intimidades sobre cualquiera es violencia. Si encima es mentira, la repugnancia moral del perpetrador es todavía más nauseabunda, si cabe. De hecho, está por ver si, en este caso, además de violencia, no es también delito.
3. El problema de la monarquía no es la vida sexual que tengan o dejen de tener Letizia o Felipe, como no lo era la vida sexual de Juan Carlos I. De hecho, el adulterio dejó de ser delito hace mucho tiempo, mal que le pese a los fundamentalistas religiosos. La vida sexual de las personas públicas es algo que solamente sirve para ejercer acciones de chantaje, a menos que sean los propios protagonistas los que la divulguen libremente.
4. El problema de la monarquía es que se trata de una institución antidemocrática que, además, opera políticamente para avanzar los intereses empresariales de las élites económicas y, las pocas veces que podemos oír su opinión desacomplejada —como el 3 de octubre de 2017— comprobamos que tiene una ideología de derechas. Es decir, que sus ideas representan a menos de la mitad del país.
5. Es perfectamente compatible ser republicano y condenar ciertos ataques repugnantes contra los seres humanos concretos que encarnan, en estos momentos, la institución monárquica.
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[2023-12-03 19:00 UTC]