Yo he participado en dos negociaciones de Gobierno. Permitidme que os describa el movimiento que acaba de hacer Yolanda Díaz —obviamente, en colaboración con Pedro Sánchez— en base a mi humilde experiencia. ⬇️
En la primera negociación, en el verano de 2019, el PSOE nos vetaba nombres, quería elegir por nosotros a las personas de Podemos que serían ministras —imagínate que le decimos a Sánchez que García Page y Lambán tienen que ser ministros de la cuota PSOE porque así lo dice Ione Belarra—, filtraba las cosas a los medios de comunicación antes de proponérnoslas o 15 segundos después y, en general, utilizaba todo tipo de tácticas sucias para embarrar la negociación, para provocarnos y para intentar que los que nos levantásemos de la mesa fuéramos nosotros. ¿Y por qué hacía esto? Muy fácil, porque no quería ningún acuerdo. Quería o bien dejarnos fuera (pero que pareciera que la decisión la habíamos tomado nosotros) o bien repetir las elecciones y cruzar los dedos para ver si propulsando a Errejón con sus cañones de la progresía mediática nos quitaba los suficientes votos como para hacernos tragar a la siguiente vez. Cuando tú quieres alcanzar un acuerdo, la primera regla, fundamental, es no intentar humillar de forma autoritaria a tu presunto socio. Cuando tú haces todo lo que hacía el PSOE con Podemos en la negociación fake de verano de 2019, se nota a la legua que lo que quieres es que todo vuele por los aires pero, al mismo tiempo, intentar construir el relato mediático de que la culpa la tiene el otro.
¿Y por qué estoy tan seguro de esto? Porque, después de las elecciones del 10 de noviembre de 2019, se abrió otra negociación con el PSOE que fue completamente distinta. Ahora ya no vetaban a nadie. Ahora ya no pretendían elegir a los ministros de Podemos. Ahora ya no hacían filtraciones malintencionadas a la prensa, sino que nos enviaban propuestas serias por privado. Aho…
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[2023-11-17 15:09 UTC]